75 años proyectando futuro

Hace 75 años un puñado de hombres y mujeres se reunían en una noche fría, en el interior del interior del país para tomar una gran decisión: la conformación de nuestro querido Sindicato Regional de Luz y Fuerza.

Sabían que debían unirse para defender sus derechos. Sabían que la solidaridad era su mejor arma… sabían que necesitarían de un gran compromiso y que el sacrificio personal y colectivo se volvería parte de sus vidas cotidianas. Con todas esas certezas y muchas más incertidumbres dieron el primer gran paso, un 2 de junio de 1944.

Hoy 75 años después miramos nuestro pasado con gran orgullo y también con una gran responsabilidad que implica sostener los valores fundacionales, recrearlos, profundizarlos. En este aniversario nos propusimos recorrer nuestra historia, revitalizarla, visibilizarla, ponerla a discutir con nuestros jóvenes. Alimentar la memoria. Refundar la esperanza.

Nos propusimos conformar un mapa de la memoria colectiva de nuestra Institución, para situarnos en nuestro tiempo con la certeza de ser protagonistas. un mapa que nos ayude a dimensionar la grandeza a la que arribamos fruto del hacer cotidiano de cada uno de los integrantes de Luz y Fuerza, sin distinciones ni estridencias.

Intentamos hilvanar los recorridos que nos fueron definiendo. Aquellos en los que nuestros padres fundadores dedicaban sábados y domingos para visitar cada rincón; o los desvelos en los que finalmente amanecían soluciones para los afiliados; también los que soñaban en proyectos de país… todos desde el anonimato, o con reconocimiento fueron necesarios e irremplazables, cada uno cumplió con una misión insoslayable y única pasando la antorcha de mano en mano encendiendo cada corazón lucifuercista.
Asumimos la historia como una construcción dinámica que nos interpela y que nos convoca a seguir trabajando y escribiendo nuevos caminos.

En el esfuerzo de cada mujer y cada hombre de nuestra familia lucifuercista no solo leemos la palabra escrita, sus acciones se convierte en pura vida, energía y compromiso que nos retroalimenta.
Se animaron a soñar, concretaron sueños nos dejaron el gran desafío de no rendirnos jamás. La historia nos enseña de dónde venimos y señala hacia donde debemos ir. Sin memoria dejamos de ser, perdemos la identidad que nos define en esta sociedad. Por eso ponemos tanto ahínco en estas páginas, en estas imágenes que condensan nuestra vida institucional.