Por Máximo Brizuela, Secretario General
Las personas nacemos para vivir en sociedad, para estar relacionadas con otros y otras. Hasta el más solitario de los hombres y mujeres precisan en algún momento de otra persona. Esa necesidad o deseo de rodearnos con pares crea en nosotros sentidos de pertenencia.
Uno puede pertenecer a muchos sectores o lugares. Los encontramos desde el equipo de futbol al que nos hacemos hinchas, hasta en el grupo con el que compartimos algo relacionado al arte o al deporte y claro, en determinado grupo de amigos, la familia, etc.
Con más de 36 años como afiliado al Sindicato Regional de Luz y Fuerza, debo confesar que allí también encontré un grupo de pertenencia; una familia multiplicada por los cientos de afiliados y afiliadas esta hermosa organización gremial.
En estos días nuevos compañeros se han afiliado a al SiReLyF y de alguna manera pensaba en la importancia de que esta gran familia se agrande y todo lo que ello implica para la institución en general y cada uno de ellos en particular.
Ser de Luz y Fuerza significa que nunca más estarás solo/a, porque siempre habrá un compañero que esté para atender una necesidad, para ayudarte frente a un problema, para celebrar tus logros y las buenas noticias que lleguen a tu vida. Para compartir festejos como el de la niñez, jubilados, deportes y hermanarnos mediante el entretenimiento.
Si nos remontamos en el tiempo, quizás en un comienzo, el ser afiliado se suscribía solamente al ser parte de un movimiento de personas que luchaban por los derechos laborales que gozamos hasta el día de hoy. Esa idea se ha ido ampliando con el tiempo y hoy podemos decir que además de significar tener un paraguas protector en lo gremial, el ser afiliados a Luz y Fuerza es gozar de múltiples beneficios.
Hoy pertenecer supone poder capacitarte a vos y a tu familia, de manera gratuita en un sinfín de cursos de formación profesional. En poder realizar una carrera terciaria mediante una plataforma virtual propia del gremio o una diplomatura en comunicación que ayudará y potenciará el valor del trabajo de los próximos dirigentes que estarán en frente del sindicato.
También ser de luz y fuerza es no olvidarnos de los demás, es entender las necesidades que existen en nuestro país y brindar nuestro aporte para cambiar un poco la realidad mediante acciones solidarias.
En resumen, ser parte del Sindicato Regional de Luz y Fuerza implica una superación permanente de cada uno de sus miembros que se traslada al todo y engrandece a una institución que es modelo en el país y que lucha por que el mismo sea más justo para sus trabajadores y para la sociedad.
