Por Máximo Brizuela, secretario General:
Con la aprobación de la llamada Ley Bases, hace unas semanas y su posterior publicación en el Boletín Oficial, entró en vigencia nuevamente el Impuesto a las Ganancias.
Si bien era algo inminente tras las endebles convicciones de muchos diputados y senadores, que hace menos de año habían votado por su eliminación; la propuesta del gobierno nacional y fuerzas aliadas triunfó en ambas cámaras.
La nueva confiscación al salario de los trabajadores y trabajadoras está en marcha y se verá reflejada en los ingresos que se percibirán en los primeros días de agosto.
La nueva medida establece nuevos topes de 1,5 millones netos para los solteros y de 1,9 millones netos para los casados, sumado a que todo pagará ganancia, incluidas las horas extras, aguinaldo, premios, viáticos, etc.
Las ansias recaudatorias de un Estado Nacional que solo entiende la variable de ajuste para los trabajadores, jubilados y sectores más vulnerables, llevan a quitar cada vez más poder adquisitivo, pero contrariamente y a la par provee de ciertas exenciones a quienes poseen una riqueza que no lleva cuentas ni se alarma para ver si llegan a fin de mes.
Ante este panorama el Sindicato Regional de Luz y Fuerza, no se quedará de brazos cruzados y ya inició el proceso con sus asesores letrados para una presentación judicial que declare la inconstitucionalidad de la norma.
Aunque resulte desalentador tener que seguir insistiendo con qué #ElSalarioNoEsGanancia, no podemos ni debemos claudicar en este reclamo justo que expresamos los laburantes.
Durante más de diez años insistimos, comenzando un camino en solitario que poco a poco tuvo más adeptos y que celebramos en el año 2023 cuando finalmente fuimos escuchados. El tiempo nos dio la razón y esperamos que nuevamente lo haga. Es por eso que continuaremos en la lucha porque al tiempo también hay que darle un empujón de militancia y lucha.