Hay en todo libro que se publica, una suerte de albur porque de algún modo es una criatura que se está gestando, lo primero que me conmueve es el asombro de lo trascendente, el milagro de los acontecimientos. Luego, ahondando en los contenidos, con todo lo que significa el paso del tiempo en una actividad con la dimensión de lo social como es el Sindicato Regional de Luz y Fuerza, entiendo que todo lo inherente a lo humanístico confluye en estas páginas. Las imágenes son contundentes y reflejan claramente el extenso camino de lucha en la reivindicación por los derechos de los trabajadores.

«EL SINDICATO QUE SOÑAMOS» es un libro que conglomera en imágenes el trayecto de todos estos años aportándole a las crónicas de la historia la contundencia en imágenes que toda obra pública debe tener.
Al fusionar en esta edición los ochenta años se procura que la memoria siga intacta porque todo aquel que trabaja incansablemente en pos de conquistas sociales con la espalda callosa de sostener ideales debe proclamar esa reminiscencia como un faro. Las generaciones que vengan seguramente seguirán esa luz.
Dice Fernando Buen Abad Domínguez: «…Poesía de los trabajadores con espíritu nuevo, de horizontes ensanchados, para ganar todas las armas y las herramientas que ayuden a crear una vida plena, esta vez de todos, nacida de lo mejor que sepamos ganar y crear…maravillosa por eso. Un poema en serio. Sería hermoso. «Solamente lo maravilloso es bello».

Celebro y auguro larga vida a este libro que reúne el trabajo y la lágrima, la memoria y las sombras, la alegría y los pájaros. Porque sus páginas sean siempre, brazos abiertos donde refugiar la esperanza.

Marta Elena Guzmán |  Escritora – Poeta