Por Máximo Brizuela, secretario General:
Hoy nuestro querido Sindicato Regional de Luz y Fuerza celebra 81 años de historia. Cada aniversario nos invita a reflexionar, a mirar hacia atrás y valorar todo lo que hemos construido como familia lucifuercista.
Desde aquel 2 de junio de 1944, las bases fundacionales y el camino recorrido década tras década han forjado una identidad que nos llena de orgullo.
Las luchas hicieron que hoy contemos con Convenios Colectivos de Trabajo que consolidan nuestros derechos, aunque también es verdad que las luchas presentes requieren nuestro esfuerzo para que los mismos prevalezcan y sean respetados.
Los sueños de ayer se fueron haciendo realidad. Así nacieron emprendimientos que nos posicionan en un lugar de excelencia: espacios de descanso y encuentro que reflejan una administración responsable, pensada para el bienestar de nuestros/as afiliados/as.
La Casa del Estudiante, las Cabañas de Cosquín, el Complejo Turístico Piedras Moras, el Centro de Formación y Usos Múltiples Aldo Serrano son proyectos que materializan el trabajo, esfuerzo y proyección hacia el futuro.
Pero somos mucho más que obras y edificios. Somos espíritu de lucha, militancia y valores solidarios. Somos quienes tienden puentes y aportan desde su lugar, con la convicción de construir un mundo más justo.
El desafío que nos plantea el presente —y también el futuro— es fortalecernos en lo humano. Volver a mirarnos a los ojos, desandar los caminos juntos, en unidad.
Mi mayor deseo para este año es que nos fortalezcamos en el diálogo, en la escucha y que seamos más empáticos para seguir haciendo un Sindicato Regional de todos/as. No hablo solo como Secretario General del SiReLyF, sino como trabajador y compañero orgulloso de esta institución. Porque Luz y Fuerza está hecha de personas: de los trabajadores y trabajadoras de cada rincón del interior de la provincia de Córdoba. Esos mismo que día a día hacen grande a nuestro sindicato.
