Por Máximo Brizuela, secretario General:
“Hay fuegos grandes y fuegos chicos, y fuegos de todos los colores”, solía expresar el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Pero la triste realidad que azota parte de la Patagonia argentina con las llamas que lo consumen todo, no habla de fuegos amigables, de fuegos vivos, sino de fuego de destrucción, de desolación en su avance incontrolable.
Me atrevo a sospechar que el único control que tienen las llamas es el que le da origen y al que aspiran con gran valor bomberos y brigadistas, a través de sus acciones colectivas.
La desolación de los pobladores que ven sus casas y parte de su historia desintegrarse con las llamas, no tienen consuelo. Ni hablar de la flora y la fauna de la hermosa Patagonia que se desvanece entre el calor asfixiante y la desolación.
El Estado Nacional, no tiene respuestas ni ninguna intención de dar alguna de manera contundente; porque en sus acciones frente a esta problemática, que cada vez son más recurrentes en distintos puntos del país, fue desfinanciamiento de todo aquello que tiene que ver con el manejo del fuego, porque claro, es un gasto innecesario a su criterio.
El 2024 el gobierno nacional denominó ese año, como “el Año de la Defensa de la Vida, la Libertad y la Propiedad”, y creo que no hay mayor contradicción a eso que la triste realidad que vemos hoy, en donde la vida muere, la libertad se carboniza y la propiedad se pierde, tanto la privada, como la pública representada en nuestros bosques.
Hemos llegado a un punto en donde pocas cosas nos conmueven. Estamos despojados de la empatía necesaria para poder alzar la voz y poner límites frente a algunos atropellos. No todo puede valer lo mismo, no todo debe ser tolerado cuando vemos el sufrimiento de nuestros compatriotas.
Las buenas acciones, como ya he citado de brigadistas, bomberos y pobladores, quedan secundadas o en un plano anecdótico que se pondera disimuladamente. Quienes deben reivindicar esas acciones con políticas públicas, solo se quedan en los mares de la indiferencia o de la cita apenas visible de sus redes sociales.
Son tiempos de fuegos, de fuegos grandes y fuegos chicos, de fuegos de todos los colores y de fuegos que destruyen todo.
