Por Máximo Brizuela, secretario General:
En 1999 llegaba a los cines Matrix, una película escrita y dirigida por las hermanas Wachowski. La misma planteaba un universo en donde el mundo conocido era una ilusión creada por máquinas, con el fin de que humanos inmersos en esa ficción estuvieran esclavizados para producir energía.
En el mundo de Matrix nada es lo que parece, todo es un espejismo que se convierte en una realidad falsa, un telón que oculta la verdadera existencia, desconocida por las personas.
El presidente Javier Milei parece estar viviendo su propia Matrix, desconociendo una realidad visible por la gran mayoría de los argentinos. Una realidad que es palpable cuando salimos a la calle, cuando vamos a hacer las compras, cuando vemos que poco a poco la falta de empleo vuelve a ser un tema más angustioso que la alta inflación.
El show montado por el gobierno nacional en el Luna Park, no condice con el tiempo presente. Un espectáculo de autoadulación por parte del Ejecutivo para sostener un ego, que parece ser más importante que el sufrimiento de millones de compatriotas.
El desconocimiento y negación del presente de millones de familias que no llegan a fin de mes, es preocupante. Es imposible solucionar un tema si se desestima los problemas existentes. Si “no hay problema” no hay golpe de timón, sino reafirmación de un plan sistemático de miseria y desigualdad.
Las declaraciones de los últimos días del presidente en donde afirma que “si la gente no llegará a fin de mes estarían muertas en la calle”, van de la mano con la falacia declarada semanas atrás donde afirmó que había una fuerte recuperación del salario real.
¿Desconocimiento y realidad paralela o mentira en tiempos de postverdad? Es difícil saberlo dado el comportamiento y las reacciones de carácter adolescentes que tiene el Jefe de Estado de la República Argentina.
Lo cierto es que más allá de la descripción del contexto que intenta imponer el discurso oficial, existe una verdad que se refleja en el día a día de un pueblo que lentamente elije, como en la película, la píldora roja; esa que permitía ver la realidad y salir de la Matrix.