El sindicalismo es mucho más que una labor, es un compromiso arraigado a la mejora de cada lugar de trabajo, donde nuestro rol como sindicalista es tejer puentes entre los trabajadores y la búsqueda constante de mejores condiciones laborales y sociales.
La labor sindical se forja día a día, en las conversaciones con los compañeros y compañeras, en la búsqueda de soluciones que promuevan el bienestar de cada uno. En esta carrera, desarrollamos el gran oficio de cultivar valores como la solidaridad, el trabajo colectivo y la justicia social.
En este camino, enfrentamos desafíos constantes. Desde resolver problemas hasta lidiar con la ingratitud y la injusticia. Sin embargo, siempre debemos recordar que somos un equipo, que el delegado/a nunca está solo, o al menos no debería estarlo. Las Comisiones Seccionales son pilares fundamentales para el desarrollo efectivo de la seccional.
Trabajar en equipo, construir colectivamente, resulta ser la clave para alcanzar nuestros objetivos. Hoy ocupamos un rol y tal vez mañana otro, pero siempre estamos en constante movimiento, sabiéndonos parte activa del gremio.
El sindicato es un espacio abierto al diálogo, a la gestación de proyectos y a la creación de emprendimientos que beneficien a los afiliados, sus familias y la sociedad en su conjunto. Es un lugar donde se construyen acciones para el bienestar presente y futuro, el lugar propicio para fomentar la participación y se buscar el bienestar colectivo.
Nos encontremos, dialoguemos y participemos, relatemos nuestras experiencias, en la idoneidad del trabajo se encuentran muchas respuestas, nos escuchemos entre nosotros, la invitación siempre es construir el sindicato que soñamos desde una participación activa de todos los que formamos parte.