Por Máximo Brizuela, Secretario General:
Finalmente, la Ley Ómnibus tal y como fue concebida quedó desmembrada en el Congreso Nacional, para luego ser bajada de su tratamiento por el Poder Ejecutivo.
Ni siquiera el consenso y apoyo de algunos bloques opositores pudieron torcer el capricho oficialista de no querer negociar lo que consideraban los puntos más importantes. Los intentos de imposición sin ningún tipo de discusión quedaron truncos y ya hay represalias.
La primera derrota parlamentaria del presidente Javier Milei tuvo consecuencias y ya comenzó a utilizar la lapicera como espada extorsiva; quitando los subsidios al transporte de todo el interior del país.
Además, el presidente de la nación, esbozó denuncias y acusaciones de corrupción, porque al parecer todo aquello y todo aquel que difiera de sus ideas, es “casta” y “corrupto” que intenta defender algún tipo de privilegio.
La vocación totalitaria y la falta de diálogo no hacen más que resquebrajar el clima de un país que necesita de unidad y consenso para salir adelante. Por estas horas es una incertidumbre de como seguirá el desarrollo de su gobierno. Si lo hará a través de DNU, si la alianza con el PRO le dará más peso parlamentario o si algunos gobernadores cederán ante las presiones del gobierno central que promete más ajuste.
En otro punto, para los trabajadores la derrota parlamentaria del oficialismo fue un logro, visto que el proyecto de ley, pretendía reformas sin precedentes y perjudiciales para la sociedad en su conjunto. Desde derechos laborales, soberanía, libertades individuales, cuidado de los recursos naturales, etc.
Resta ahora esperar que pasará con el DNU 70/23, que tuvo un freno a nivel judicial y que pronto deberá ser tratado por la cámara baja y alta del Congreso; algo que el gobierno nacional viene dilatando lo más posible.
Sin lugar a dudas la minoría que representa el gobierno nacional y intento de imposición del país que pretenden, hacen difícil la convivencia democrática. La construcción de un país y principalmente en este contexto de crisis no puede permitirse ser regida ante la idea de un solo hombre que no entiende como es el funcionamiento institucional y republicano de nuestro país.
Afortunadamente vivimos en una democracia y eso aún sigue siendo un obstáculo para que el león se convierta en rey.
