Por Máximo Brizuela, Secretario General:
Dicen que los hogares de las personas hablan mucho sobre ellas, que lo que allí podemos encontrar y la forma en que somos recibidos, nos dará ciertos indicios sobre quien es nuestro anfitrión.
Si hay grandes bibliotecas seguramente allí viven ávidos lectores, los discos y algún instrumento quizás nos hablan sobre un afinado gusto musical. Elementos deportivos nos indicarán sobre algún hobbies y fortaleza física de quien allí reside y los aromas de la cocina los ingredientes que más se usan para la especialidad de la casa.
Lo material no lo es todo, ni siquiera lo más importante. La calidez con la que podemos ser recibidos nos dirán mucho más. El hermoso acto de compartir y ser recibidos con cierta atención, con gestos de bienvenida, seguro nos dirán muchas más cosas y nos revelará a quien tenemos en frente y quien es esa persona que nos abrió las puertas de su hogar.
El Sindicato Regional de Luz y Fuerza, nuestra hermosa institución, es un hogar inmenso que se encuentra distribuido en todo el territorio de la provincia de Córdoba. En cada rincón de estas tierras se encuentra un trabajador lucifuercista que interactúa con la sociedad, que colabora de manera activa con sus vecinos y muestra el espíritu fraternal que nos caracteriza.
Ser parte activa de la comunidad y trabajar junto a ella es un acto de militancia que muestra lo que es nuestra institución. Cuando abrimos las puertas de nuestras seccionales, cuando trabajamos en un evento de nuestro pueblo y ciudad, cuando llevamos a cabo donaciones, estamos mostrando lo que somos, la calidad de individuos que pertenecen a un colectivo de personas trabajadoras del sector eléctrico.
Esos actos nos conectan con el resto y permite eliminar ciertas ideas que la gente suele tener sobre lo que es el mundo gremial y las personas que desempeñan esas tareas. Ser lo que somos y poder mostrarlo, elimina un sinfín de prejuicios que se construyen desde el desconocimiento.
No cesar en los comportamientos que hacen a nuestra esencia es defender a nuestra organización gremial, a nuestra historia y es combatir contra aquellos que pretenden nuestra inexistencia para usufructuar con la desprotección de los trabajadores.
A pesar de las críticas que por esas acciones militantes se aminoran, nuestro hogar, nuestra energía, nuestras acciones desinteresadas, nuestro amor por el otro, seguirá siendo la carta de bienvenida para aquellos que nos conozcan; porque donde se nos requiere allí estamos, porque a veces nos hacemos presentes antes de ese llamado y porque nuestras puertas siempre están abiertas para que conozcan lo que es el Sindicato Regional de Luz y Fuerza.
