Una institución que trabaja con mujeres en situación de violencia en Cosquín, recibió una impresora para sumar a un microemprendimiento. En el merendero “Manos Compartidas” de Villa Yacanto de Calamuchita, la subseccional entregó regalos por el día de las Infancias.
El viernes 13 de agosto, el SiReLyF donó una impresora a la Casa de la Hospitalidad en la localidad de Cosquín, una espacio de alojamiento para mujeres y sus hijos e hijas en situación de violencia de género, cuyo objetivo es alojarlas por un determinado tiempo y generar proyectos de vida alternativos.
Esta acción solidaria fue en el marco del cumpleaños N° 26 de Micaela García. Para homenajearla y continuar su legado, se realizaron actividades sociales en el país durante todo el mes, propuestas por la Fundación Micaela la Negra García.
La Casa de la Hospitalidad es un proyecto que busca contener y asesorar a estas mujeres y es coordinado por el padre Carlos junto a un grupo de voluntarias (acompañantes terapéuticas, asistente social, abogada, entre otras).
En representación del Regional estuvieron el Secretario de Organización, Rubén Bergesio, el Secretario de Comunicación, José Foresto, las delegadas Laura Arias y Cecilia Soria de las Seccionales Cosquín y Villa del Rosario, respectivamente.
“Dentro de esta institución tienen un microemprendimiento de producción de velas, difusores, y que venden a la salida de las misas. Necesitaban una impresora para sumar a este proyecto así que agradecemos a nuestro Secretario General, por el compromiso asumido no solo con las mujeres de la Casa de la Hospitalidad, sino también con las mujeres de la comunidad en general”, expresó Laura Arias.
Por otro lado, los afiliados de la Subseccional Villa Yacanto, realizaron una donación al merendero “Manos Compartidas” del barrio Viejo Molino. Colaboraron con 50 bolsitas de regalos y premios sorpresas para celebrar el día de las infancias. Participaron de la jornada los afiliados Gonzálo Torres y Marcela Claudia Marily Ramírez.
Luisa es la creadora del merendero que recibe todos los días entre 15 y 20 niños y niñas. El espacio ya tiene dos años y meses funcionando. Cuenta que empezaron con otra compañera llamada Priscila a preparar meriendas en el patio de la casa y que decidió comenzar porque se cerró un merendero del barrio donde ella colaboraba. A Luisa le pareció injusto que los pequeños se queden sin merienda y por esto, se organizó para realizarla en su patio.
“A mí siempre me gustó estar con los niños, y el merendero me encanta. Hemos hecho cumpleaños, fiestas y salieron re lindos gracias a la colaboración de la comunidad”, destacó Luisa.
La afiliada Marily Ramirez resaltó la solidaridad y entrega de Luisa; comentó que colaboraron con el meredendero tal como otras instituciones y personas de la localidad.